Para los que han pasado la experiencia de perder a un ser querido recientemente, este libro del autor, Victor Manuel Fernandez, le ayuda a dar consuelo y nos ayuda a tener una sana relación con nosotros y nuestros seres queridos que han partido.
Este mundo no es solo lo que vemos sino que también existe lo invisible. Los que ya murieron no han desaparecido solo se han transformado.
El cuerpo del ser querido ya no estará más pero tienen una presencia muy diferente. Es bonito y bueno guardar algún recuerdo pero no llenarnos de ellos. Es adecuado ir disponiendo del pasado.
Como debemos de recordar a nuestros difuntos es en la oración. Es acompañarlos a ese camino de la luz hacia Jesús . Ellos pueden hacernos bien con sus oraciones por nosotros. Es esta práctica del amor fraterno.
No es saludable idealizarlos y ocultar sus errores y puntos débiles. Mejor es reconocer sus defectos con comprensión pero sabiendo que ya eso no existe. Ellos están envueltos en la misericordia de Dios y no son más así. Ellos están envueltos en el amor puro y sano. Tus familiares tienen el deseo de vernos felices. No tiene que seguir sus sueños o ideales si no están verdaderamente acorde a los tuyos.
Reconciliarnos es un acto saludable. Estar en paz con ese ser querido. Pedir perdón y perdonar.
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